lunes, 28 de junio de 2010

Cómo acabé con una cicatriz ahí (1ª parte)

Si. Ahí justamente.
El Chico de la Consuelo me ha recordado esa historia y cómo no la he contado en el blog y es divertida, ala aquí va.
Pero las historias para contarlas, hay que hacerlo bien y despacio. Yo soy muy bueno contando historias. De hecho soy el que se inventó la historia del hombre que descubrió las patatas fritas. Eso lo contaré otro día. Y para contar bien la historia tengo que aclararos una pequeña cuestión profesional. El problema de cuando un veterinario va al médico.
Cuando vas al médico si eres un veterinario normal te callas. Es mejor no decirlo. Ahora, si sale el tema, tienes un problema. Los médicos conservan una especie de rabia contenida hacia los veterinarios. Claro, ellos estudian una especie animal y tú todas las demás…eso les frustra. Saben además que no te pueden engañar con expresiones como “idiopática” o “iatrogénica” porque tú también te las sabes. Así que hay dos opciones.
Entras y le dices los síntomas, el diagnóstico y con qué te estás tratando (porque siempre nos empezamos a tratar solos). Tipo: hola soy veterinario, tengo un eccema granular por herida con pelo duro de cerdo. Principio de sarna. Me estoy dando antifúngico y corticos. Se me ha acabado la cortisona ¿me das un receta?. Ahí surgen las opciones. El médico prudente calla, piensa y te da la receta. El imprudente…ese se empeña en saber más que tu. Te va a intentar demostrar que el diagnóstico o el tratamiento están mal. Comienza así un peregrinar que puede suponer cuatro o cinco visitas hasta que se llega a un acuerdo.
Con esta aclaratoria, previa y necesaria, empieza la historia de verdad.
Cuando yo era un tierno veterinario recién licenciado, con grandes lagunas en mi formación, me apuntaba a lo que fuera para aprender. Había entonces un trabajo que nadie quería hacer más que los tiernos veterinarios que no sabían nada. Vacunar de Brucelosis.
La brucelosis es una enfermedad de los animales (de muchos) que tiene la mala costumbre de transmitirse a los humanos. Y da las famosas “fiebres de Malta” que no molestan mucho pero duran…toda la vida. Así que un señor veterinario que tenía dónde caerse muerto, cuando le sugerían que había que vacunar con vacuna viva (o sea la que puede infectar al hombre) decía que ni por el forro. Y ¿quién lo hacía?. Justo. Los que no teníamos ni para una caña.
El trabajo no era difícil. Te ponías un mono blanco que te cubría hasta e pelo, mascara, gafas, guantes…y te metías en una granja de ovejas. A 38º en el exterior…calcular el peso que se perdía y lo cómodo que resultaba todo ese tejido que ni transpiraba ni dejaba pasar una mota de polvo. La vacuna, eso si, era fácil de poner. Dos gotas de colirio en el ojo de cada oveja. Claro, muy fácil…eso es porque no habéis cogido una oveja en vuestra vida. Para coger a las ovejas hay que apelotonarlas todas y luego ir enganchándolas una a una, las vacunas, las vas sacando, queda más hueco, se revuelven…
Calcular el calor y el polvo que se forma…
Pero bueno, yo hacía mi curro con la alegría y la inconsciencia de un joven ilusionado.
Cierto día, en cierto pueblo, al acabar de vacunar cuatro mil ovejas, vino un ganadero del pueblo que tenia veinte cabras a ver si por favor se las vacunaba. Mi compañero (íbamos por parejas) estaba recogiendo y reventado. Así que yo, en un alarde de simpatía decidí que lo hacía. Era el último día antes de mis vacaciones.
-¿No te llevas mono ni guantes ni nada?-me dijo.
Habíamos vacunado esa campaña unas 20000 ovejas. Sin ningún problema.
-Para veinte putas cabras no muevo el coche. No va a pasar nada- contesté en una frase que aún hoy es recordada…
Salte la puerta del chamizo con el bote del colirio. El ganadero iba sujetando las cabras y yo ponía la vacuna. Sujeta de la barbilla, levántale la cabeza, y, cuando la gotita colgaba del bote de colirio…la puta cabra estornudo.
El estornudo fue a parar directamente a mi cara. Baba, moco y, si, la vacuna que estaba a punto de caer.
Con chulería y valor, me limpie con la manga y seguí sin inmutarme. Pero sabía lo que iba a pasar.
Bueno todo no.
No sabía que acabaría con una cicatriz ahí.

14 comentarios:

  1. ep, ep que yo soy una persona discreta; dije que le había pasado a un amigo tuyo...
    El que te has desvelado eres tu... que luego no quiero ser responsable si cuando la cosa crezca generas pasiones incontroladas.

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  2. Quiero más... quiero más!!!

    20000 ovejas... pero qué hicisteis vacunar a toda la especie???

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  3. Los médicos q usan jerga profesional con los pacientes demuestran con eso ser poco profesionales. Si no sabes tratar con humanos, o te haces anatomopatólogo o veterinario.

    Verídico:médico a señora de 85 años: "y desde cuando dice q tiene la disnea?" (disnea=dificultad al respirar). Señora: "huiiiii, desde los 55 años"

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  4. me cuesta creer que alguna vez hayas sido tierno e inocente...mas alla de los 8 años...pero que sabes contar historias es verdad....
    ...claro que por eso llevo leyendote mas de un año....

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. yo también quiero más. Y tampoco pienso que hayas sido tierno más allá de los ocho años. Eso sí, lo creo con menos intensidad que Moli :)

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  8. Que alguien le saque a molinos el dedo entre el enter y el asteriscoooo!!!!!!!

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  9. ..mierda..no le habia dado al seguimiento

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  10. Desde luego que lo cuentasbien... Me has atrapado desde el párrafo uno.

    Más, más, más......

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  11. Recuerdos de infancia me traes, cuando me dedicaba a poner crotales a los cerdos, haciendo un gran esfuerzo porque para una niña eso cuesta, pero puestos quedaban, o sujetaba al cochinilo mientras le castraban, perdón, capaban. Y las ovejas, con esas caquitas duras que están por todas partes, que se apelotonan que...
    Mi mejor recuerdo es ayudar a parir a una vaca y hacerle una cesárea a una mastin.

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  12. ¡Qué fuerte!, ¡qué animalada!. ¿Y desde entonces puede usted contagiar a sus semejantes?

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  13. Joeeeer, este va a ser mi sitio para contratar gente para la granja. Cuánto granjer@ por aquí...

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  14. Comento tarde (exactamente con cuatro años de retraso), pero es que me siento tannnn identificada... No por lo de tener una cicatriz, ahí, ¡ojo! sino por pillar todo tipo de mierdas de los bichos e ir al médico con el diagnóstico ya hecho, total para que te manden a rascártela. Otra veterinaria que se automedica y que accidentalmente se ha metido chutes de casi todo:

    http://musaranhasyotrascosas.blogspot.com.es/2014/05/automedicacion-la-brava.html

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