F. era mi ídolo y el de muchos como yo. Tenía un aura especial, era francés y el líder de todos los que currabamos en el sector. Cuando nuestras metas eran vender un camión de producto (24Tm) el vendía trenes...hasta la Renfe le regalo un reloj que llego a ser famoso. Su contrato incluía un piso en París, colegio de los niños y un Jaguar como coche de empresa. A los de la competencia nos mandaba en Navidad marron glacè y Moet Chandon. Le idolatrábamos y él, además te trataba como un compañero aunque fueras un mindundi a su lado.
Su mujer me llamó estas navidades para que fuera a verlo, "no está bien" me dijo "dejó el trabajo hace un mes y no os lo ha dicho a nadie...". Me quede alucinado y un día me pegue una paliza de coche hasta una casita en el Bearn donde vive ahora.
Me recibió muy amable y estuvimos charlando. Le pregunte y me contó. Me dijo que en uno de sus viajes (se movía igual por América que por Europa) se había despertado una noche y no sabía dónde estaba. Se quedó a oscuras en el Hotel intentando recordar. Así estuvo 20 minutos sin saber en dónde estaba durmiendo. No lo pudo adivinar, no recordaba...Encendió la luz y vio la tarjeta del Hotel. Estaba en Utrech. Se echó a llorar y lo hizo durante una hora. Luego pagó la cuenta del Hotel y se fue a casa.
Un mes de vacaciones para poner en orden sus asuntos (llevaba tres años sin parar) y se ha ido a vivir al campo. Se ha comprado una tienda de productos para el campo y lleva una vida ordenada y tranquila, muy tranquila.
Le dije que no me lo creía, que no me contara lo del mundanal ruido y la vida bucólica, que a él le ponía la marcha...y me contestó.
-"No es que antés no me lo pasara bien pero te voy a contar algo, mi vecino tiene un hijo en paro y está preocupado, a la señora de la casa de enfrente le da miedo vivir sola, y mi mujer está muy asustada con el futuro porque está envejeciendo y no sabe que va a ser de ella en esta nueva situación"
-"¿Y que quiere decir todo eso?" le pregunté
-"Quiere decir que son cosas que me he dado cuenta y que no me son ajenas, que ahora me entero de lo que le pasa a la gente de mi alrededor, que ahora me relaciono y conozco mi entorno. Quiere decir, Gonzalo, que ahora vivo. Antes estaba en una burbuja y ahora tengo un entorno, que conozco y con el que trato, que nada de lo que me rodea me es extraño. Y esto es la vida. Se que parece estúpido pero ahora voy a tratar con gente de verdad, no con empresas ni con clientes ni con jefes de compras o entes absurdos. Voy a ver problemas reales de gente de verdad, voy a enterarme de lo que pasa a mi alrededor, y creo que así vivire más tranquilo y sere mejor para los mios. Sobre todo para mi mujer...aunque ella no se ha dado cuenta aún y por eso te ha llamado"
Yo pensaba que iba a ver a un tío, quemado como otros, que se había quedado en el camino, pero no. F. estaba perfectamente. Tiene por delate una situación complicada pero tiene lucidez.
Afortunadamente llovía mucho y en el viaje de vuelta no me dio tiempo a pensar sino sería verdad que nos estamos perdiendo la vida.
Gran post. A veces pensamos que a la gente le hacen feliz cosas que no le van nada. Es interesante para reflexionar sobre las prioridades en la vida.
ResponderEliminarBuena entrada.
ResponderEliminarEs el problema de que todos acabamos haciendo aquello en lo que somos buenos. Mejores. No aquello que nos hace más felices.
ResponderEliminar¡Toma ya! Pedazo historia. Qué buena manera de acabar la Navidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Me gustó.
ResponderEliminar"Un idolo caido... o no" ¡Claro que no! ¡todo lo contrario! porque hay que ser muy sabio y valiente para dar un paso así..
ResponderEliminarMe ha encantado la historia.
Nada de ídolo caído. Tiene un psr de pelotas, muy bien puestas, y la cabeza perfectamente amueblada y en su sitio.
ResponderEliminarNo es un ídolo caído. Ha descubierto el placer de las pequeñas cosas. Pienso que si lo logra, será mucho más feliz.
ResponderEliminarSe lo estaba perdiendo... todo.
Marrón Glacé... puaj...