Era un centro de investigación puntero en Europa. Las instalaciones eran alucinantes. Una avenida asfaltada con casitas a los lados. En cada casita había un equipo investigador. Cada equipo lo dirigía un "simpático incompetente", gente que llevaba 15 ó 20 años encerrada en su torre de marfil, con un equipo de científicos a su cargo, y todo el material que necesitara, laboratorios de lujo, personal auxiliar...
Al final de la avenida, esta se transformaba en un camino de tierra que iba a las granjas. En las granjas había todo tipo de animales para que los "simpáticos incompetentes" pudieran hacer todas las investigaciones absurdas que quisieran. Desde ratones a bisontes.
S y yo caímos en ese centro becados para estar unos meses. A los cinco días ya estábamos hartos de la estupidez y el endiosamiento de una gente que no sabía nada del mundo real. Nosotros eramos recién licenciados que no sabíamos nada pero nos queríamos comer el mundo. La gente de allí no sabía dónde estaba el mundo.
Resolvimos acabar nuestro trabajo cuanto antes y salir por patas.
En un punto de nuestro trabajo, teníamos que sacar sangre a 400 ovejas. Nos dijeron que había que llevarlas de la granja 5 a la 1 que era la que tenía instalaciones para el sangrado. Nos metimos en la nave 5 y asustamos a todas las ovejas. Salieron corriendo por el camino hacia la granja 1. Fácil.
Íbamos detrás de ellas, empujándolas con gritos, al acercarnos nos dimos cuenta: ¿como coño hacíamos para que girasen en la nave 1?. Aceleramos el paso para adelantarlas, las ovejas asustadas corrieron más, nosotros también...
Estoy seguro de que aún hoy recuerdan el día que la paz de los laboratorios donde dormitaban, se vio rota. Entraron por la avenida 400 ovejas galopando desbocadas seguidas por dos becarios vociferantes, chorreando sudor y con los ojos desencajados...
Años después se lo conté a un honrado pastor castellano, omitiendo los nombres claro. "Hay que ser imbécil, dijo, ¿nadie les había enseñado que el pastor va DELANTE de las ovejas para que le sigan?".
Pues no, nadie nos lo había dicho, y estoy seguro que en aquel super centro de investigación, pagado con dinero público, nadie lo sabía.
Tardamos cuatro horas en recuperar las ovejas.
Jajajaja, había que haberos visto, persiguiendo a las ovejas...
ResponderEliminarmuy bueno, y si es verdad mas, me hubiera gustado verte, corriendo con cuantos kilos ?? un abrazo, :-) :-)
ResponderEliminarme has recordado una anéldota
ResponderEliminarEn una excursión en el Pirineo nos encontramos con un pastor cuidando tropecienas ovejas. Un fu timén de ellas. Con nostsros iba un cura, teólogo de la Universidad de Navarra, y le dio por mantener una entrevista con el pastor con afán apostólico y ánimo pedagógico.
Le preguntó- pensando en la frase del Evangelio " el pastor conoce a sus ovejAs y ellas le conocen a él", si distinguía a cada oveja y si les llamaba pòr su nombre.
- ¿POR SU NOMBREEEEEEEEEEEEEE? - contestó el rústico- ¿POR SU NOMBREEEEEEEEEEE A LAS OVEJAS?.¡PAESO ESTOY YO, PARA HACER EL GILIPOLLAS...¿PERO NO HA VISTO CUÁNTAS SON?...¡¡¡MECAGÜEN LA PUTA!!!,¡¡¡POR SU NOMBRE!!!, PERO TÚ DE ANDE HAS SALIDO, MAÑOOO!
Mi abuelo te hubiera dicho "Valiente veterinario de los cojones" (y te hubieras muerto de risa mientras te matabas las pulgas)
ResponderEliminarQué inmensidad... :-)
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