martes, 21 de julio de 2009

El problema es la leche

En defensa de la salud pública se prohibió la venta de leche de la granja al consumidor. Es verdad que no era muy higiénico, pero se debía de haber dado alternativas al ganadero. Como al ganadero no se le dieron alternativas y se le bloqueo la posibilidad de venta, se planteo el problema ¿Qué hago con la leche?.
Por “suerte” siempre hay un desaprensivo preparado para joder la marrana en cuanto esta se descuida. Así que un listo, decidió que si recogía la leche y la hervía…podía almacenarla y luego distribuirla…
Porque esta es la madre del cordero. Llevar un litro de leche fresca con garantía sanitaria a la casa de cada uno es carísimo. Vale lo mismo o más que el litro de leche. Pero si la hierves (o la pasterizas o la uperizas o lo que quieras llamarle), pasa a ser un artículo tan fácil de manejar como un refresco. O más fácil incluso. Pusieron en marcha las centrales lecheras y arrasaron el mercado. Lo primero fue invadir todo con publicidad de lo mala que era la leche si no la comprabas en Tetra-Brik. Se creó el envase exclusivamente para este producto. Se cargaron el mercado de la leche fresca.
Así consiguieron que en todas las casas se tomara un engrudo recocido bajo el nombre de leche. Sin sabor a leche y sin nata.
No contaron nada de los tanques de almacenamiento, ni de la presión sobre la composición en proteína (no sobre la calidad) ni de cómo los sobrantes iban a las queserías y ellos no perdían, ni de cómo reconstituían leche con lactosuero
Se creó un mercado absurdo de un producto a su medida. Es curioso que todas las centrales lecheras tenían los mismos requisitos para le leche que entraba. Nadie pedía la leche con más grasa, ni con menos proteína…todos lo mismo. Era el mismo engrudo en todas las cajas…¿y para hacerla más barata?, pues bien, cuando vieron que había que vender leche más barata se dieron cuenta de que si ponían el mismo producto, dejarían de venderla cara así que…¡LO ESTROPEARON!. Pues sí, pasaban la leche por quemadores para “caramelizarla” lo justo para que supiera un poco a “cocinado” y de esta forma era peor que la más cara. Seguían teniendo margen.
El pobre ganadero intento reaccionar pero era tarde, cuando crearon cooperativas y compraron centrales, la lucha ya estaba en un producto que no era el que producían las granjas, era el que habían diseñado en despachos…Los pocos intentos de recuperar el producto inicial de calidad se murieron al nacer. Las centrales controlaban el precio y lo ponían justo en el límite del precio que necesitaban para tener rentabilidad
A partir de ahí se organizo la fiesta. Ahora metemos la leche a mantequilla, ahora hacemos leche en polvo, almacenamos y si sube la reconstituimos…La administración como siempre dejaba hacer. ¡Eran tan buenos esos chicos que vigilaban la salud de la población!.
Luego se han dedicado a jugar: firmaban contratos a futuro con precios alto para que la gente se lanzara a producir, recortaban producción en marcas caras y contrataban con las baratas… Cuando subía la leche, hacían campañas para desprestigiarla e importaban la de soja, desviaban el mercado a los elaborados donde multiplicaban el beneficio…
Poco a poco fueron hundiendo el sector de la ganadería de leche. Hoy está ya herido de muerte. No podremos recuperarlo, ya no hay infraestructuras ni ganas. Vamos a estar el resto de nuestra vida a merced de lo que las cuatro centrales lácteas decidan hacer con lo que era un producto básico en la nutrición humana. Con el palmeo de los políticos preocupados por la “seguridad alimentaria”, eso sí…
No es que tengan ningún otro “interés”…

4 comentarios:

  1. Yo estoy encantado con el precio actual de la leche (bebo litro y medio al día).
    Pero comprendo que con estos precios los ganaderos van a la ruina.

    Don Mendo

    ResponderEliminar
  2. En casa, años ha, íbamos cada dos días a comprar leche a casa de Pepe (el Lechero) o de Tini (el Lechero). Íbamos caminando con nuestra lechera de 10 litros hasta la vaquería de uno u otro, donde Pepe o la mujer de Tini llenaban la lechera con un cuartillo de porcelana, hasta llenar los 10 litros.

    Luego volvíamos a casa y nuestra madre ponía dos cazuelas enormes en el fuego de gas, a cocer la leche a fuego lento...

    Había que estar muy, muy atento, porque si la leche se iba, la cocina se quedaba hecha un asco y fregar los hornillos era horrible, quitar la leche requemada...

    Con la nata mi madre hacía tarta de manzana, o la untaba en pan con azúcar... Aquella leche tenía un sabor que nada ha igualado nunca: sabía a LECHE!!!

    ResponderEliminar
  3. En Los MOlinos pasaba el vaquero con las vacas por delante de la puerta y luego bajabas a la vaquería y te subías la leche. Se hervía y estaba estupenda. Sabía a leche.

    Lo que venden ahora se deja tomar si la mezclas con café, pero sóla no sabe a nada y si ya haces la chorrada de tomarla desnatada o semi es asqueroso.

    Lo de la leche de soja es de juzgado de guardia. La gente es imbecil y si sale belen Rueda diciendo que es buenísima se cree que se va a volver rubia y flaca por tomar leche de soja.

    ResponderEliminar
  4. Despues de cincuenta años... los últimos con unas pérdidas increibles mi familia ha dejado "las vacas" mecaguenlaputamadredelqueloinvento

    ResponderEliminar